viernes, 7 de marzo de 2008

Ideología rumbo a babor o estribor: una mitología esclerosada (1)

La política ha dejado de ser una política de ideales para convertirse en una política de programas. Enrique Tierno Galván.
--------------
En el espectro político actual suelen citarse dos posiciones enfrentadas: la izquierda y la derecha. A simple vista parece sencillo distinguir una de otra, sin embargo un análisis minucioso demuestra que tal distinción peca de arbitraria y difusa.
El origen de los términos “izquierda” y “derecha” estaba en la antigua Asamblea Nacional Francesa. Allí, los jacobinos se situaban a la izquierda y los girondinos a la derecha. Ambas facciones burguesas aspiraban a una revolución que ofreciera determinadas mejoras para el pueblo llano. Los primeros se oponían a la monarquía mientras que los segundos abogaban por su mantenimiento. Se puede afirmar, a grandes rasgos, que la principal diferencia entre ellos era su posición ante el Poder Real: los girondinos serían “conservadores” –y moderados- ya que apostaban por mantener dicho poder en forma de monarquía parlamentaria (limitando la actuación del Rey por las Cortes). En cambio, los jacobinos serían “no conservadores” –y radicales- pues pretendían abolir la realeza y establecer una República.
Mucho ha llovido desde entonces. En ese periodo, el socialismo y el comunismo han cogido el testigo de la izquierda, y los liberales y conservadores el de la derecha. A pesar de ello, existen razones que evidencian la poca utilidad que tiene la división izquierda–derecha, salvo cuando se habla en términos relativos y no siempre acertados. La principal causa es el desfase espacio-temporal de dicha división: como se acaba de mencionar, su razón de ser giraba en torno al mantenimiento o desaparición de la monarquía, órgano que en nuestros días se ha extinguido en casi todos los países desarrollados y cuyo poder ejecutivo es meramente testimonial en aquellos que lo mantienen.
A lo largo del siglo pasado y del presente se ha observado una aproximación de posturas políticas hacia el centro: el liberalismo y el conservadurismo han hecho concesiones a favor del bien común (por ejemplo, con la Sanidad Pública y la redistribución del dinero obtenido mediante tributos) mientras que el socialismo se ha ido aproximando hacia posturas liberales (por ejemplo, admitiendo la Democracia e incentivando medidas que favorezcan la competencia empresarial). Esta convergencia ideológica ha situado entre la socialdemocracia y la tercera vía (posición intermedia entre el liberalismo y la socialdemocracia) a los principales partidos políticos de los países desarrollados. Las posturas políticas más extremas -comunismo, fascismo- parecen haber quedado relegadas a un segundo plano. Además, entre ellas tampoco es sencillo discernir su adhesión a la izquierda o a la derecha, pues combinan elementos de una y otra. Resulta curioso observar como determinadas características izquierdistas o derechistas dentro de un mismo partido suelen pasarse por alto a la hora de encuadrarlo políticamente, dándose más peso –irreflexivo o intencionado- a unas características e ignorándose otras muchas.
A su vez, merece la pena analizar algunas de estas cualidades que se emplean para categorizar la ideología de los partidos. No sólo por su empleo discrecional sino también por su ambigüedad. Ambas circunstancias nos darán una idea de lo absurda que puede llegar a ser esta categorización dicotómica. Dicho análisis y sus conclusiones quedarán pendientes para la segunda y tercera parte del artículo.
-
1, 2, 3
-
-------------------
Imagen: antigua Asamblea Nacional Francesa.

No hay comentarios: